Dee Dee Bridgewater - "Live At Yoshi´s" (Emarcy, 2000)
Dee Dee Bridgewater - vocals, scat Thierry Eliez - piano, organ Thomas Bramerie - double bass Ali Jackson - drums
Dee Dee Bridgewater es una de las realidades tangibles en el mundo del jazz vocal en la actualidad y su futuro se antoja aún mucho mejor. Nacida como Denese Garrett (adquirió su nombre artístico en 1970 tras su matrimonio con el trompetista Cecil Bridgewater) se incorporó en 1971 a la big band de Thad Jones y Mel Lewis, una brillantísima e innovadora orquesta con la que realizó numerosas actuaciones hasta bien entrado el año 1974. Allí adquirió la formación suficiente para dar un salto de calidad en su carrera y colaborar en los grupos de las figuras consagradas del jazz: Max Roach, Dizzy Gillespie, Sonny Rollins o Dexter Gordon.
Entre los años 1974-1976, trabajó en un musical de Broadway titulado: "The Witz" por el que conquistó un importante premio teatral. Esta faceta interpretativa continuó con su participación en la obra de Stephen Sthal, titulada: "Lady Day" interpretando a la mismísima Billie Holiday, que se representó en Hamburgo, Londres y Paris y en la revista musical "Sophisticated Lady" sobre la música de Duke Ellington.
Afincada en Paris desde mediados de los ochenta, ha grabado numerosos e importantes discos donde se observa la enorme influencia en su estilo de las cantantes Nancy Wilson y Sarah Vaughan. Pero sus influencias van mucho más allá: canta el blues con el desgarro de la Holiday mientras que su scat, su simpatía y la alegría que desprende recuerdan muchísimo a la Fitzgerald. Diría sin miedo a pasarme que Dee Dee Bridgewater es una de las más grandes desde ya mismo y que lleva camino de hacer historia en el mundo del jazz vocal.
De todos los discos que tengo de ella me quedo sin duda con este directo en el Club Yoshi's de Oakland (San Francisco) en el que da todo un recital de poderío y en el que se demuestra todo lo que acabo de decir. Escuchen si no.
Clap Your Hands Say Yeah - "Clap Your Hands Say Yeah" (2005)
Echo mucho de menos este disco en la inmensa mayoría de listas de lo mejor de la década. En la mía no podía faltar. Primer álbum de CYHSY, autoproducido, grabado con apenas medios y que triunfó en todo el mundo gracias a internet, el boca a boca y a dos padrinos de lujo que se acercaban con frecuencia a sus conciertos en Nueva York: David Bowie y David Byrne.
Llevo 20 días desaparecido. Lo sé. La mayor parte de esos días estuve trabajando así que no hay mucho que contar. Al menos nada interesante.
Pero también tuve unos días libres en los que me fuí con mis amigos a pescar, a comer hasta morir, tomar unas copas: a pasarlo bien.
Jueves y viernes C y yo solos. Prácticamente todo el tiempo pescando, o mejor dicho, intentando pescar. "Ya no entran como antes" dicen los del lugar. Debe ser cierto, yo de antes no puedo opinar. Pero así todo pescamos unos cuantos sargos y unos cuantos besugos. "De hambre ya no moríamos" decía C. Yo asentía.
Esos dos días, mientras nos desplazabamos en mi coche de un sitio para otro sonaba música, claro. C y yo somos amigos desde hace más de 20 años pero en lo que a música se refiere no tenemos nada que ver: no fue fácil encontrar algo en mi discoteca motorizada que fuese de su agrado. Al final, de casualidad, di con Stevie Wonder. Triunfada total.
Mi recuperación de Wonder como clásico inmortal se la debo a William, quien un féliz día decidió regalarme un disco recopilatorio hecho por él. Otra cosa más que agradecerle. Te dedico estas canciones W, que sé que andas con la moral algo baja. Los gallegos decimos que "nunca choveu que non escampara".
Vamos, que este post en una disculpa como otra para escuchar a Stevie Wonder. Un monstruo.
Joe Lovano - Tenor Saxophone Michel Petrucciani - Piano Dave Holland - Bass Ed Blackwell - Drums
Estamos de fiesta en mi ciudad y aprovechando que no trabajo un par de días me fuí de cena y a tomar unas copas. Coincidí con A, alma mater del festival de jazz, que me adelantó otro gran músico que vendrá este año: ni más no menos que el gran Joe Lovano, uno de los mejores saxofonistas de la actualidad, sin discusión. Lo que no sé es quien le va a acompañar, porque esa puede ser otra.
De todos los discos que tengo de Lovano probablemente me quede con From The Soul del año 91, uno de los mejores que se han grabado en los últimos trienta años. Se lo dejo para que lo disfruten y para que aquellos que se acerquen en noviembre al Círculo de las Artes y no sepan quien es Lovano no entren al concierto a pelo.
Conozcan un poco mejor a este monstruo del jazz actual a través de sus propias palabras:
"Las primeras influencias vinieron, claro, de los discos. Mi padre tocaba el saxofón y tenía una gran colección de discos que iba de Coleman Hawkins a Lester Young, Sonny Rollins, Coltrane, Charlie Parker, Ornette Coleman... Estaba muy al corriente de lo que pasaba en el mundo del jazz. Había nacido en 1925, creció durante el gran período del bebop, escuchó a Miles y Bird tocando juntos cuando actuaron en Cleveland, tocó una vez con Coltrane en una jam session y recordaba con emoción esos grandes momentos.
Crecí teniendo un concepto muy claro de las diversas épocas del jazz y de cómo encajaban. En mi actual forma de tocar intento fundir todas estas cosas. Mi Ornette es la mezcla de lo que hace Ornette y de lo que hacían sus grupos en conjunto, con Don Cherry, Ed Blackwell, Billy Higgins, Charlie Haden, Scott LaFaro…Su manera de interactuar, tocar temas e improvisar con su imaginación, de crear actitudes, adornar el ritmo, la armonía... Su manera de desarrollar simultánea y libremente ideas armónicas, melódicas, rítmicas... Para mí, el futuro de la improvisación es esta manera de fundir ideas, de utilizar el ritmo, la melodía y la armonía para crear música en lugar de simplemente repetir las formas... Hay que ir hacia adelante.
La música de Miles Davis, de John Coltrane, de Art Blakey con sus Jazz Messengers, la de Ornette Coleman en los años 60... Son esos grupos, y no sólo sus líderes, quienes me han influido, la manera en que se realizaban los intercambios entre estos músicos. Coltrane no tocaba de la misma manera con Miles que con su propio cuarteto... La actitud cambia según la gente con la que uno toca. El entorno influye realmente. He intentado aprender de todo esto. Tanto, que lo que hago hoy, con grupos distintos, tiene cada vez un perfume diferente, una actitud diferente, en función del personal implicado."
Y ya que hablamos de los sonidos de siempre permítanme que haga un ejercicio de melancolía extrema recordando a uno de mis bluesman favorito de siempre: Huddie William Ledbetter, conocido como Leadbelly. No les cuento nada de su vida, todo está en la red, pero les invito a que investiguen un poco porque su biografía es apasionante con estancia en la carcel de Texas incluída acusado de asesinato.
Tras haber mirado a la muerte a los ojos (recientemente estuvo gravemente enfermo) Peter Case vuelve con más fuerza e inspiración que nunca. Un disco de rock y blues áspero, directo, bueno como los de antes. Será que me hago viejo (que me hago) pero vuelvo inevitablemente poco a poco pero sin freno a los sonidos de siempre.
Si mañana me fuese a los EE.UU a cruzar la Ruta 66 en coche éste sería el disco con el que empezaría el viaje.
Joe Henderson - saxo tenor Kenny Dorham - trompeta McCoy Tyner - piano Butch Warren - bajo Pete La Roca - batería
El gran saxofonista Joe Henderson estudió música en el Kentucky State College y la Wayne State University, antes de empezar a tocar en Detroit, al comienzo de su carrera musical. Pronto empezó a destacar llegandon a tocar con gente como Sonny Stitt, Donald Byrd y Pepper Adams.
En el año 1963 entra en Blue Note de la mano de Kenny Dorham, quien firma las notas del álbum, y en donde cuenta cómo se conocieron y qué ocurrió la primera vez que llevó a Joe al Birdland para tocar con Dexter Gordon. De hecho casi podríamos decir que, aunque Page One es el debut de Henderson como líder, bien podría ser un disco a dúo.
El disco comienza con dos temas de Dorham: Blue Bossa (el trompetista venía de girar por Suramérica donde se aficionó a la bossa) y La Mesha, una balada dedicada a su hija. Casi se puede decir que ambos temas son una introducción, una presentación de Henderson: "aquí os dejo a este monstruo" parece querer decir el maestro Dorham. Los cuatro temas que vienen a continuación son puro hardbop impetuoso pero sútil, sobrio, marcando un estilo que hizo del saxo de Henderson algo diferente, poseedor de una personalidad única.
Page One es el comienzo de una de las carreras más impresionantes y prolíficas de la historia del jazz y Henderson es uno de los mejores saxofonistas de siempre jamás, a la altura de Gordon, Rollins o Coltrane, aunque a veces se le obvie con ligereza.
De regalo les dejo el clásico Cantaloupe Island de Herbie Hancock interpretado por el mismo pianista, Joe Henderson al saxo, Freddie Hubbard a la trompeta, Ron Carter con el contrabajo y Tony Williams a la batería. Lujo.
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