Leyendo el último libro de Wynton Marsalis: Jazz. Cómo la música puede cambiar tu vida, me encuentro con esta anécdota.
En una ocasión el escritor Leonard Feather le preguntó a Monk:
-Cuándo piensa hacer algo nuevo?
A lo que Monk respondió:
-Dejemos que sea otro el que haga algo nuevo y tratemos de hacer algo bueno.
Os dejo un documental buenísimo titulado Thelonious Monk: Straight, No Chaser (1988) dirigido por Charlotte Zwerin y producido por Clint Eastwood que de verdad no tiene desperdicio.
Monk, uno de los mayores genios de la música del siglo XX. Si me tuvise que quedar por pelotas con tres músicos de jazz uno sería él.
Otro de os discos del año sin luga a dudas. Si me preguntasen ahora mismo que grupo me gustaría que tocase en el próximo FestiBlas diría sin pensarlo dos veces Chain & The Gangs.
Para los incrédulos, los ignorantes, los descreídos, los jovenes con su tontería. Para los modernos de mierda, para los que decís que Dylan hace más de 20 años que no saca un disco que valga la pena. Para los que estais buscando permanentemente la novedad cuando en realidad la MÚSICA os importa una mierda. Para todos los mamarrachos. Ojalá no podáis apreciar nunca en vuestras miserables vidas este disco.
Tempest es una obra mayor, sí, un disco que merece estar en tu discoteca al lado del Highway 61 Revisited, al lado del Blonde On Blonde, pegadito al Blood On The Tracks, bien cerca de Street Legal. No, no estoy loco. Tempest es una joya, un disco para oír mil veces, me pone cachondo, es una obra maestra del gran maestro, es uno de los mejores discos del año, de los últimos años. Música en estado puro.
Les recomiendo que se lean el último volumen de La Liga de los Hombres Extraordinarios de Alan Moore mientras piensan en este concierto, en esta canción, porque tiene mucho que ver.