Larry Ochs Larry Ochs despertó ayer por la mañana tras una noche de pesadilla. Tras medio siglo en la primera línea del jazz más creativo, y próximo a su jubilación como músico en ejercicio, el fundador del influyente grupo Rova Quartet no se había visto en nada parecido a lo vivido la noche del lunes en una pequeña localidad castellana. Su concierto, que ponía el punto final al V Festival de Jazz de Sigüenza, a punto estuvo de ser cancelado manu militari por la autoridad competente. Motivo: la música del saxofonista, a juicio de un espectador y sus acompañantes, no era jazz sino "música contemporánea", género que el denunciante tiene "contraindicado psicológicamente" por prescripción facultativa. Así consta en la hoja de reclamación cumplimentada en el lugar de los hechos, previa a la denuncia.
La que se formó fue de órdago, con la presencia de dos números de la Guardia Civil. Medió hasta el requerimiento del munícipe de la ciudad, presente en el acto.
Mas no quedó ahí la cosa, sino que, según lo expresado por este último, uno de los uniformados, tal vez sobrado de conocimientos sobre la materia, sometió la música de Ochs a una suerte de juicio sumarísimo. Lo más sorprendente, se llegó a una conclusión coincidente con la del denunciante: la música del saxofonista no es jazz.
La sesión se fue así en un ir y venir de los implicados, ante el estupor de los intérpretes, que a duras penas podían explicarse el espectáculo que se les ofrecía. "Yo creía haberlo visto todo", declaró después Ochs, "pero es obvio que estaba equivocado".
El hecho resulta tanto más notable cuanto que, en las noches precedentes del festival, se habían escuchado otras propuestas tanto o más jazzísticamente cuestionables que la de Ochs, si es que puede hablarse en tales términos, a cargo de Digital Primitives, Brigada Bravo y Díaz y el dúo de baterías Daniel Humair y Ramón López. Superada su "crisis de identidad", Ochs decidió tomarse el incidente con filosofía: "Después de esto, ya tengo algo que contar a mis nietos".
Los que me conoceis algo ya lo sabeis: Laura Veirs es una de mis debilidades: su voz, esa música que me hipnotiza, me envuelve y me hace flotar. Yo quiero a Laura Veirs.
July Flame es su séptimo disco, y es un poco más de lo mismo, igual de bueno que siempre, vaya, porque Laura es de esos rara avis que no tienen disco malo. Colin Melloy dice que éste es el mejor de 2009, y no sé si tendré yo bemoles, arrestos, para contradecirlo.
Si tuviese 15 te decía aquello de: quieres salir conmigo?
Kings Of Convenience - "Declaration Of Dependence" (2009)
Por fin tengo en mi poder el tercer disco de los noruegos Kings Of Convenience (Erlend Øye y Eirik Glambek Bøe), que lo espeaba como agua de mayo: ya pasaron 5 años del Riot on an Empty Street!
Otra lección de pop acústico, con hermosas canciones, ráfagas cortas pero certeras que me ponen loco.
Micah P. Hinson - “All Dressed Up and Smelling Of Strangers” (2009)
Qué chula te quedó la carátula del disco, Micah.
Doble disco de veriones (16 canciones en total) en el que Micah P. Hinson homenajea a alguno de sus ídolos (Bob Dylan, Leonard Cohen, Roy Orbison, John Denver, Frank Sinatra...) y de paso también se acuerda de algún contemporaneo que le inspira, como Emmy The Great o Centro Matic.
No es fácil emocionar verioneando clásicos tan clásicos como The Times They Are A Changin´, Suzanne, My Way o While My Guitar Gently Weeps, pero Micah P. Hinson lo consigue. Quién si no.