martes, septiembre 13, 2005

Yo practico entomofagia


No...no se me asusten! No es nada de lo que están pensando. Tal vez algunos se asqueen un poco al saber de que va esto pero no es ningún delito. Se trata de comer inectos. El sábado en Sanxenxo un amigo me llevó a uno de esos sitios que sólo él conoce. Ni me acuerdo del nombre si soy sincero, pero era un lugar curioso con dueño más curioso todavía.

El caso es que mi amigo conocía al personaje y así surgió una conversación empleado-clientes que acabó en el ofrecimiento de una de las delicias especialidad de la casa. La oferta era: unos saltamontes ricos-ricos, unos gusanitos en su punto, escorpión de temporada y hormigas bien gorditas. Me decanté, obviamente, por este último manjar.

La presentación era impecable: un plato con aproximadamente 15 hormigas del tamaño de un guisante, algunas como habas, acompañadas de unos tomatitos en rodajas, espárragos de los buenos y un poco de caramelo líquido. Las hormigas, pobrecillas ellas, se nos mostraban con las patitas encogidas y todas churruscadas. Parecían decirnos con sus tristes ojos: por qué a mi?

Tanto la textura en la boca como el sabor me recordaron a las palomitas que se queman un poco y no quedan así bien hechas, con un cierto regustillo final a amoníaco (el ácido fórmico tal vez?). Si he de ser sincero no me gustó un carallo. Ni a mi ni a los dos amigos que también las probaron.

Mi reflexión final: para lo único que me ha servido esta experiencia es para poder decir que he comido hormigas y así parecer mas freaky de lo que soy; si tengo hambre a dios pongo por testigo que jamás molestaré a ningún insecto.

Lo siento por los cerdos porque de ellos sí que me gustan hasta los andares.

2 Comments:

At 12:53 a. m., Blogger William said...

Me cago en Deu !

 
At 7:42 p. m., Blogger Sr Blas said...

Por supuesto que probe el de Bairrada. Delicioso. Pero como buen gallego tiro por los de mi tierra. Un buen cocido preparado por mi santa abuela Josefina, con su lacón, su choricito, la oreja, el morro, el rabo, acompañado de cachelos, grelos y garbanzos.... Y al día siguiente, la sopita que hace con el caldito que sobró....ummmmmmm. Y mi abuelo al lado que ya se bebió una botellita de tinto contándome su teoría de como aprovechar la energía de las mareas para crear electricidad... Eso no hay dinero que lo pague.

 

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