Los excesos de un genio
Segundas partes nunca fueron buenas? Que tópico tan desacertado. Y si no que se lo digan a Rufus Wainwright, niño prodigio del pop, nacido en New York e hijo de dos mitos de la música folk americana: Loudon Wainwright III y Kate McGarrigle.
La última joya que nos presenta se titula "Want two" y es la segunda parte de "Want one", uno de los discos mas apetecibles de 2004. En principio ambos trabajos se iban a presentar como un doble album pero los productores de Geffen (que pertenece a Dreamworks) creyeron que su viavilidad en el mercado sería muy complicada y decidieron sacarlo "por entregas".
Al igual que en la primera parte, Wainwright nos regala 13 canciones de pop de cámara, cargadas de excesos (o no es exceso empezar el disco cantando el "Agnus Dei" en latín?) tanto orquestales como literarios, con letras unas veces incendiarias (en el tema "Gay Messiah" nos anuncia la llegada de un mesias procedente del mundo del porno de los 70 y del ambiente del Studio 54) y otras llenas de emoción (como la estremecedora carta de amor que le dedica a Jeff Buckley en "Memphis Skyline").
Pero lo que hace que este disco no deje a nadie indiferente son las orquestaciones y las difíciles estructuras de sus composiciones, lo cual por un lado le reporta debotos admiradores y por otro le dificulta la entrada en el "mainstream". Al igual que en Want one la primera escucha del disco se hace difícil pero, una vez que entras en su juego, no lo puedes abandonar.
Y atención a los colaboradores, con mención especial a mi idolatrado Antony (esta vez sin The Johnsons) y al DVD regalo, con un concierto en el Filmore de San Francisco, que podreis disfrutar todos aquellos que compreis el disco original (y todos aquellos que me lo pidan para grabar).
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