El puto tema (1)
Rajoy en Santiago. Zapatero en Lugo. Qué hemos hecho para merecer ésto?Escribe Barreiro hoy en La Voz De Galicia.
"Mariano Rajoy va a ganar las elecciones con una mayoría absoluta que frisará los 190 diputados, muy cerca de la colosal victoria obtenida por González en 1982. Y esa es la razón por la que esta campaña carece de ambiente, ya que todos sus debates están superados por el tsunami electoral, y porque no hay combate televisivo, ni brillantez retórica, ni guiños a los indignados que puedan resucitar el efecto Rubalcaba.
Pero eso no significa que Rajoy puede dormir tranquilo, sino que su mes crucial, el que le hará pasar a la historia como un gran político o el que puede meterlo en la misma horma que él le aplicó a Zapatero, es el que va desde el 21 de noviembre hasta el 21 de diciembre. Porque ese es el exiguo plazo que tiene para demostrarnos que sus silencios eran calculados y no forzados por la indecisión o el despiste, y para que todos entendamos que, donde hemos juzgado que no había más que una absoluta incapacidad para hablar de los problemas, ilusiones y circunstancias del país, había una estrategia caracterizada por un temple político y una prudencia que no encuentran antecedentes hasta Cánovas del Castillo.
Con el calendario en la mano, es evidente que Rajoy va a pasar la Nochebuena en la Moncloa, después de haberle dado a su familia el presidente del Gobierno que estaban esperando para completar el álbum. Pero eso no es más que su objetivo personal. El otro lo cubrirá cuando utilice el discurso de investidura para enterrar todos los silencios que lo convierten en un meteorito; cuando nos diga qué significa «devolvernos la felicidad» y gobernar la economía «como Dios manda»; cuando sepamos qué piensa de Europa y si sigue creyendo que estamos intervenidos por Merkel; cuando nos aclare qué trato le va a dar a las cuestiones catalana y vasca y a las demandas de sus respectivos nacionalismos; y cuando nos diga sobre qué valores y modelos van a girar sus políticas educativas y familiares, la sanidad pública y el sistema de pensiones.
También tendrá que decirnos algo sobre la defensa nacional y la política exterior; sobre Estados Unidos y sobre los avisperos de Libia y el Medio Oriente. Y hasta es posible que tenga que hablar sobre las relaciones con la Iglesia católica, sobre la financiación de las autonomías en un horizonte de crisis, y sobre el predecible colapso en cadena de municipios y diputaciones. Y todo lo tendrá que relacionar con un equipo de gobierno sobre el que nada se sabe y poco se especula.
Y todo esto lo habrá de hacer en solo un mes y en un solo discurso. Y no porque le exijamos lo que no le hemos exigido a otros, sino porque hasta ahora fue una estatua silente. Por eso ha llegado la hora de interpelarle como cuentan que hizo Miguel Ángel ante su soberbio Moisés, al que, dándole un temerario martillazo, le gritó: «¡Solo te falta hablar!»."
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home