Sr Blas

Don C

Hospital, 22:00 pm.


Una joven residente viene corriendo a mi pidiendo ayuda.

- Ven conmigo por favor que tengo un paciente que se está muriendo!

Voy con ella y es entonces cuando conozco a C. Resumiendo: 96 años, desde hace 3 encamado pero muy bien cuidado, con demencia y deterioro cognitivo moderado. No es capaz de hacer nada por su cuenta desde hace años, apenas alguna conversación con coherencia de vez en cuando. Miro el monitor: su corazón late a 15-20 latidos por minuto. No entraré en detalles aburridos.

- Una ampolla de atropina - le digo a la enfermera.

Nada. Espero un poco.

- Ponle otra.

Nada.

- Qué hacemos? - me dice la residente.
- Hablar con la familia.

La joven médico todavía no está preparada para asumir que a veces lo mejor que puedes hacer es no hacer nada. Le explico la situación a la hija de C y a una nieta y entienden perfectamente mi actitud.

- A pesar de que son muy viejos y están en esta situación duele - me dice la hija.
- Claro que duele.
- Por favor, que no sufra.

Entro nuevamente en el box de emergencias a ver a C que, curiosamente, está consciente.

- Don C, cómo está?
- Estupendamente. Estupendamente - repite.

15 latidos por minuto.

- Le duele algo Don C?
- Nada. Estoy estupendamente, no podría estar mejor. Podría avisar a MP?
- Quién es MP? Quiere hablar con ella?
- No, quiero joder.
- Cómo joder?
- Quiero follármela, echarle un polvo.

Por lo visto los de 96 años también dicen "echar un polvo".

- Es usted mi ídolo Don C. Le duele algo?
- No, estoy etupendamente.

Pocos minutos después C da un suspiro y cierra los ojos.

El día que me llegue la hora que sea como a Don C: a los 96, sin dolor y pensando en echar un polvo.

posted by Sr Blas @ 7:34 p. m.