jueves, diciembre 14, 2006

Clásicos Modernos Vol.16



Albert Pla conoció la poesía de José María Fonollosa (1922-1991) tarde, pero se enganchó perdidamente. Y es que hay tantas similitudes entre ambos que parece que estaban predestinados a encontrarse. Los dos son malditos, a pesar de que Pla haya triunfado a su manera. Los dos tienen ese especial sentido del humor, negro, irreverente, sexual y guarro. A los dos les importa tres cojones decir lo que piensan, bien sea sobre el papel, sobre un escenario o en un plató de televisión.

En "Supone Fonollosa" (Ariola/BMG, 1995) el músico catalán coge algunos de los poemas más emblematicos del poeta y les pone música, apenas sin alterar las letras. Los temas que abren y cierran el disco ("Puedo empezar" y "No") son recitados a pelo por el gran Eugenio y por Robe (Extremoduro), amigos personales de Pla. También hay alguna composición propia como la genial "Añoro" y la canción mas "vendible" del disco: "El lado más bestia de la vida", versión cañí del "Walk On The Wild Side" de Lou Reed.

Tal vez no sea su mejor disco ("No sólo de rumba vive el hombre" es muy grande), pero es una ocasión única de acercarte a dos artistas especiales, de esos que no se casan ni con dios. Viva.



"Devoro" (del poema de Fonollosa "Broad Street" del libro "Ciudad del hombre: New York")

Devoro..
..el maquillaje de tu rostro
y el compacto de tus polvos
y el colorete.

Devoro..

..ese rímel en tus pestañas
y el sombreado de tus párpados
y tu crema facial
y es que en ti
y es que en ti todo me sabe a pan
angelical.

Y arribo la pintura de tus labios
que consumo con gusto
y te arrebato
decenas de microbios
deliciosos
que tu lengua transporta
hasta la mía.

Y desde tus arroyos de saliva
mi beso se desliza por tu cuerpo
sorbiendo las bacterias que pululan
sobre tu body-cream.

Y luego
también está
el tembloroso rocío
de tus gotas de sudor.

Y por fin dejas libres e incitantes
las sendas que conducen a tus sales vaginales
o a tus heces
pues esas son, sí,
las máximas ofrendas que me ofreces.
Las sendas que conducen a tus sales vaginales
o a tus heces
pues esas son
las máximas ofrendas que me ofreces.

Y yo me pregunto
yo me pregunto
yo me pregunto: ¿y tú quién eres?
Mas no investigo
es esa tú que tu me muestras
la que deseo al ir contigo.
Es esa tú que tu me muestras
la que deseo al ir contigo.