jueves, noviembre 10, 2005

Being Frank Sinatra


Cuando llegas a la treintena hay ciertas formas de entender el futuro que cambian de forma radical. Entre los 15 y los 30 años parece que la juventud durará eternamente. Van pasando los años y sigues estando en forma. Te lo pasas igual de bien a los 18 que a los 25, pero a medida que vas madurando aprendes a disfrutar las cosas de forma más equilibrada. Y así pasas los años y todo es alegría y felicidad. Ir sumando años en tu DNI no te preocupa en absoluto. Pero llegas a la treintena y descubres que la siguiente referencia son los 40 años. Y todo el mundo sabe que nada bueno llega a los 40. Y esos 10 años que van de la treintena a la cuarentena parece que todo el mundo los ignora. Nadie te dice que los mejores años de su vida fueron los treinta y pico. Ningún padre en su sano juicio le diría a su hijo adolescente que lo mejor de su vida llegará inmerso en la treintena. Nada bueno se puede esperar durante esos 10 años, y lo peor está sin duda por llegar. En definitivas cuentas: se acabó!

Reflexionando sobre esto mientras me daba un baño de espuma y perfeccionaba mis conocimientos en ventilación mecánica vino Frank Sinatra para darme la solución a mi problema existencial y así aliviar el inicio de la melancolía. Oyendo "September of my years", disco del 65 que pertenece a su gloriosa etapa en Reprise me paro en la canción "It was a very good year" y oigo:

Then I was thirty-five it was a very good year
It was a very good year for blue-blooded girls
Of independent means, we'd ride in limousines their chauffeurs would drive
When I was thirty-five

Y de pronto todo cambia, ya tengo una referencia para poder mantener viva la llama de la esperanza. Quiero tener los 35 años de Sinatra! Pero esto es una verdad a medias. Porque si algún genio de esos que habitan las lámparas maravillosas me propusiese ser otra persona porbablemente pediría ser Frank Sinatra, al completo. Y si lo piensas bien tal vez tú también quieras.

Murió siendo anciano y triunfó como nadie en el apasionante mundo del espectáculo. Como cantante llegó a ser el más grande y como actor tiene un curriculum más que aceptable, llegando a trabajar con grandes directores como Fred Zinnemann, Otto Preminger, Vicente Minnelli o Lewis Millestone. De todos es conocido su éxito con las mujeres, pudiendo presumir de haber sido amante de muchos mitos del cine americano como Ava Gardner o Marilyn Monroe. Sin olvidar que mantuvo estrechas relaciones con el mítico mundo de la mafia neoyorkina de los años 60-70. Y sumando todo esto y teniendo en cuenta las amistades que frecuentaba, todos ellos conocidos como el Rat Pack, un mito de las noches de Las Vegas es más que probable que se corriese unas juergas de esas de padre nuestro y señor mío.

Lo dicho: quiero reencarnarme en Frank Sinatra.

Soñar es gratis.

2 Comments:

At 1:06 p. m., Blogger Sr Blas said...

Estoy fatal...lo juro

 
At 6:11 p. m., Blogger Ranse said...

Pues es verdad, pero hay que tener, aparte de talento, cuajo. Muchos que intentaron seguir su tren de vida se bajaron de la vida bastante antes: mira Peter Sellers. Aunque también debe joder llevar una vida supersana sanota para que a los 40 te venga un cáncer y te joda. Así que... buena faena, mr. Sinatra, sí señor

 

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