Desmitificando vol.1
Decir que no te gusta "Desayuno con diamantes" suen casi a sacrilegio, a no tener ni el menor sentido de la sensibilidad y el buen gusto. Ya decir que el personaje interpretado por mi adorada Audrey Hepburn me resulta absolutamente ñoño, empalagoso, inverosímil y estúpido puede acarrearme el odio de legiones de cinéfilos que identifican para siempre jamás a la carismática Hepburn con aquella frágil niña que sentada en una ventana susurraba "Moonriver". De lo que nunca se acuerdan es de que probablemente estemos ante la interpretación de una de las putas menos creíble de la historia del cine. Con todos mis resptetos a las putas, a la historia y al cine.
Ahora bien, lo que para mi definitivamente mata la película, además del amilbaradísimo guión de George Axelrod (basado como todos sabeis en la novela, ésta sí genial, de Truman Capote) y el inexplicable moralismo que el muchas veces provocador Blake Edwards (véanse "Dias de vino y rosas", "El guateque" o "Dos hombres contra el Oeste") imprime al film, es el inefable George Peppard, el Hannibal Smith del "Equipo A" para que todos nos entendamos.
Tal vez sea una víctima de mi generación pero me resulta imposible visualizar a este fulano sin asociarlo con aquella serie. Mientras veo "Desayuno con diamantes" busco inconscientemente a M.A, Fénix y a Murdock y estoy seguro, muy seguro de que aparecerán y de que todos juntos idearán un magnífico plan que saque a Audrey de la prostitución y sin matar a nadie, eso sí. Y será entonces y sólo entonces cuando Hannibal esboce su sonrisa más estúpida, se encienda un puro y diga aquellas magníficas palabras: "adoro que mis planes salgan bien".
2 Comments:
Cuñao felicidades!!
Forza Barça.
Saludos de Escrotín
Eres de la trinchera de esta película? Sé que no.
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