miércoles, mayo 03, 2006

Brillante ejercicio de sadomasoquismo


Últimamente, como supongo ya habréis imaginado, estoy un poco vago en esto de escribir en el blog. Así que voy a utilizar la poco recomendable técnica del "copy-paste" para hablar de la película que ví ayer que se títula "Cinco condiciones" y está dirigida por Lars Von Trier y Jorgen Leth . Y no sólo por vagancia si no porque suscribo plenamente casi todo lo que dice.



"Cinco Condiciones es el nombre de la película realizada por Lars von Trier y Jorgen Leth en el año 2000. Adjudicada a ese cajón de sastre denominado con el término de "falso documental", -simplificando, cine de ficción que persigue una mayor verosimilitud empleando técnicas de documental-, el film propone una revisión del cortometraje "El Humano Perfecto", dirigido por Leth en el año 1967, tomándolo como punto de partida para conseguir cinco versiones diferentes del mismo

"El Humano Perfecto" vaga entre la ironía de su título y la trascendencia del ser de un modo tan sutil y tragicómico que surte el efecto de una broma magnífica atravesada por una tiránica angustia existencial. La pasión que en su realizador despertaban los filmes publicitarios le condujo hasta esa habitación blanca, vacía, sin límites, donde los gestos y las acciones de un hombre y una mujer son analizados por su cámara de entomólogo mientras una voz en off se cuestiona reiteradamente no sólo lo que ésta es capaz de mirar, sino qué conmueve al "humano perfecto", instigando una y otra vez al espectador a mantener la atención sobre la escena.

¿Por qué es tan caprichosa la fortuna, por qué es tan fugaz la alegría, por qué me abandonaste? Esta es una de las preguntas que canturrea el humano perfecto, impertérrito, fiel a su papel de representante ideal de una especie desdichada, o más exactamente, esa es la mirada de su autor creando un aura de extrañeza y distanciamiento importantes sobre los actos más cotidianos de los otros.

En Cinco Condiciones, Lars von Trier propone a Jorge Leth volver a ver "El Humano Perfecto" y construir varios "remakes" limitando el campo de acción de este último mediante una serie de condiciones que su autor debe respetar ineludiblemente. La película ofrece al espectador la posibilidad de observar el germen del proceso de creación de un filme, desde la idea del remake hasta el producto final.

Von Trier, principio activo del film, mostrará en ocasiones su insatisfacción por el resultado obtenido, y reprenderá al culpable con firmeza obligándole a enfrentarse a nuevas condiciones que dificultarán aún más la tarea impuesta.

Pero la consecución de esta tarea lleva implícita una interesantísima mirada no sólo sobre el proceso de creación fílmica, sino también sobre las relaciones de poder que se establecen entre ambos directores: Von Trier, que desea partir del Perfecto para llegar al Humano, no cederá ni un instante en su afán de respuestas, en un juego sofístico que intentará salvar por todos los medios la distancia afectada entre la obra y el autor, llegando a poner a prueba sus principio éticos utilizando el castigo como excusa, no sin cierto grado de perversión. Todo un desafío del que Leth saldrá victorioso, tal y como expone en la declaración de intenciones que el maniqueo Von Trier pone en boca de su accidentado actor.

Magnífico film, hoy hemos tenido una experiencia que esperamos comprender dentro de unos días."

Esmeralda Barriendos.

Sacado de www.zinema.com

3 Comments:

At 11:59 p. m., Blogger escrotin said...

Casi prefería tus palabras al corta y pega, creo que me perdí, aunque tiene buena pinta. He de comentar que tengo en mente dos proyectos que serían "falsos documentales" más o menos que espero poder poner en marcha lo antes posible.
Saludos de Escrotín

 
At 6:30 p. m., Blogger Sr Blas said...

Esperamos ansiosos tus "falsos documentales". Actrices voluntarias no te faltan.

 
At 9:38 a. m., Blogger Ranse said...

Si, señor: está cojonudo. Sobre todo el final. No sé si estaba pactado, pero si lo estaba, el tío es un actorazo del copón, porque el repaso que le pega el von Trier es fino. Por cierto, que el amigo Lars debe estar sin ego también...

 

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